Bezos y el ‘Washington Trump’
El Washington Post se rinde a Trump cambio de prebendas y muestra la extraordinaria debilidad de los medios de comunicación, incapaces de hacer frente a la ola populista que nos alcanza
El dueño de The Washington Post, Jeff Bezos, ha enviado un mensaje a todos los empleados del periódico de la capital estadounidense en la que anuncia que, a partir de ahora, las páginas de opinión de cabecera no incluirán artículos y tribunas donde no se defiendan (o se ataquen) las libertades de las personas y el libre mercado.
Así dicho, con este tono tan eufemístico, podríamos caer en el error de pensar que se trata tan solo de que se apuesta por los principios y valores básicos en materia de derechos y de economía de una democracia como la norteamericana. Pero hay que ser ingenuos nivel top para no entender que esto no es más que la demostración de que The Washington Post se ha convertido ya en el The Washington Trump.
El también dueño de Amazon culmina con esta decisión la entrega del periódico al inquilino de la Casa Blanca a cambio de políticas favorables a plataformas tecnológicas como la suya.
Ya en campaña, y en previsión de la victoria de Trump, Bezos rompió la costumbre del periódico de posicionarse en favor de un candidato y vetó que el diario apoyara a Kamala Harris, como así habían decidido los responsables editoriales de la firma. Tres meses después, culmina la adaptación al régimen del presidente Trump y ordena que no haya opiniones contrarias a los valores que predica el mandamás neoyorquino.
El Post se rinde a cambio de prebendas y muestra la extraordinaria debilidad de los medios de comunicación, incapaces de hacer frente a la ola populista que copa estas semanas los puestos de poder en los Estados Unidos.
Se dice, con razón, que Trump empezaba su segundo mandato dispuesto a cambiar el orden mundial y a imponer su posición de fuerza después de ochenta años de un mundo liberal basado en los acuerdos internacionales y el consenso en torno a la importancia de las instituciones democráticas para el desarrollo de los derechos y libertades civiles y de un libre mercado del que se beneficiaba la mayoría.
Hoy, descubrimos que ese cambio también puede llegar a los medios de comunicación y que Trump les está ganando la partida. Malos tiempos para quienes seguimos pensando que los medios se deben dedicar a fiscalizar al poder y no a adularlo. Sobre todo, si este poder, como el de Trump, camina hacia el autoritarismo a pasos agigantados.