Cuál es la razón de que Musk sea el mayor propagador de los bulos de Trump
Elon Musk quiere un inquilino en la Casa Blanca que acabe con las regulaciones del sector tecnológico emprendidas por Biden para limitar el poder casi feudal de estas grandes plataformas.
Si Donald Trump vuelve en enero a la Casa Blanca, Elon Musk asumirá el cargo de ‘director de Recursos Humanos’ del gobierno norteamericano. El dueño de Tesla se encargará de revisar la eficacia del sector público estadounidense y de hacer recomendaciones drásticas que, si hacemos caso a la trayectoria de este emprendedor de origen sudafricano, puede acabar en miles de despidos como los que se vivieron cuando Musk compró Twitter para jugar a ser el amo del mundo.
Suena a boutade, pero no lo es. Y es un detalle que nos permite entender hasta qué punto Elon Musk ha puesto la red social X al servicio de la causa del ex presidente de los Estados Unidos. Le va mucho en la victoria de Trump.
Eso sí, no seamos ingenuos. Al dueño de X le interesa bien poco lo de eliminar las deficiencias de la Administración pública norteamericana. Eso, para él, es poco más que una anécdota que no merecería el esfuerzo que está desplegando.
Su objetivo es de caza mayor. Lo que quiere Elon Musk es tener un inquilino en la Casa Blanca que acabe con las regulaciones y controles del sector tecnológico emprendidas por el gobierno de Joe Biden y que le permita seguir y ampliar sus visionarios negocios.
Ésa es la razón por la que está haciendo campaña en favor del promotor inmobiliario de Manhattan y distribuyendo a diario mensajes pro-Trump que, en demasiadas ocasiones, son noticias falsas y montajes burdos que este millonario esparce con un desahogo sideral y con el impacto de quien tiene el poder de mandarle mensajes masivos a los 140 millones de norteamericanos que usan la antigua Twitter.
Musk es, de facto, uno más en el equipo de campaña del candidato republicano. Es su hombre en las redes y su embajador en el club de los señores feudales de internet. Y también es el encargado de distribuir en redes sus peores falacias, incluidas algunas tan estrafalarias como acusar a inmigrantes haitianos de Springfield de comerse los gatos de sus vecinos.
Pero lo que más nos interesa, en una newsletter como ésta, es ver cómo ha convertido la antigua Twitter en una casa refugio para extremistas de todo pelaje que usan X como caja de amplificación de sus mentiras y de sus bulos. Una red donde el dueño es un tipo que dijo que compraba Twitter para convertirla en un paradigma de la libertad de expresión y que luego ha terminado por usarla, como si fuera un bucanero, como una plataforma para hacer política y para hacer negocios para él y para sus amigos, entre ellos, Donald Trump.
Ah, claro, ¿quién mejor que Elon Musk para encargarse de "mejorar" el sector público? Seguro que con su talento para despedir a miles en un solo clic, el gobierno estará en plena forma en cuestión de días. Quién mejor que él para "optimizar" el gobierno, ¿verdad? Nada grita más “eficiencia” que convertir el servicio público en una versión real de sus experimentos empresariales. Y lo de la libertad de expresión en X… bueno, está claro que solo aplica a los que están en su club selecto de "visionarios" como Trump.
Ojalá se tratara solo de "acabar con las regulaciones y controles del sector tecnológico emprendidas por el gobierno de Joe Biden". Mucho me temo que lo que de verdad está en los planes de esta gente es una purga literal de detractores en la administración pública y las instituciones para allanar el camino a lo que desean en el fondo: una dictadura.