El contexto es ‘petróleo’ en la era de la inmediatez histérica
Una reivindicación de la información lenta frente a la catarata de tuits y de shorts para entender lo que está pasando en el mundo
Vivimos en un mundo saturado de información. Pero eso no significa que estemos más informados. La noticia de última hora que nos sobresalta en el móvil, el tuit con cientos de comentarios airados, el vídeo corto que resume una crisis internacional en menos de un minuto.
Parece que sabemos todo lo que está pasando en tiempo real, pero, paradójicamente, cada vez entendemos menos. Y eso es lo peor que nos podría pasar en este mundo donde las noticias se suceden en tiempo real y lo escandaloso y lo insólito se han convertido en nuestro de cada día.
El zasca y el tuit airado ganan por goleada a la reflexión y a la pausa. Nos hemos acostumbrado a reaccionar, no a reflexionar. A opinar rápido, no a digerir. A quedarnos en la espuma sin sumergirnos en lo que importa, sin poner contexto donde es tan importante saber no solo qué ha pasado, sino por qué ha pasado, qué consecuencias tiene y cómo encaja en una realidad más amplia.
El contexto es ‘petróleo’ en esta era de la inmediatez histérica. Tenemos que conectarnos mejor, elegir mejor nuestras fuentes de información, evitar caer en la histeria del ciclo informativo inmediato y buscar explicaciones que nos ayuden a entender, no solo a sentirnos sobrepasados.
Si queremos salir de esta rueda del hámster de titulares veloces y opiniones enlatadas, tenemos que hacer un esfuerzo consciente por ir más allá. Y hay espacios donde el contexto todavía se respeta, donde se da tiempo a la profundidad.
¿Dónde?
Tampoco hay que ponerse en plan Indiana Jones buscando el arca perdida por esos mundos de Dios. Basta con acudir a donde siempre y con buscar bien, con un mínimo de criterio, en los nuevos canales a nuestro alcance.
• Periódicos de papel y revistas. Sí, todavía existen. Y en ellos se pueden encontrar análisis, reportajes en los que los periodistas han tenido tiempo para investigar, para hablar con varias fuentes, para construir un relato completo. Si aparcas por unos días X y Tik Tok y te das una vuelta por los periódicos, te darás cuenta de que en las redes te emocionas y te entretienes, pero que si quieres estar informado, tienes que acudir de verdad a los medios y pararte a leerlos.
• Entrevistas reposadas. En la radio, en los medios digitales, en plataformas como YouTube o en pódcast bien hechos. Escuchar a alguien argumentar con calma es un antídoto contra la cultura del eslogan y la frase rápida. Y encima te sales de la rueda de la histeria informativa.
• Documentales y reportajes. Netflix, Movistar+, Filmin, YouTube, Canal Sur Más o RTVE Play están llenos de documentales que explican lo que las noticias diarias solo pueden rozar. Hay que buscarlos, pero están ahí, al alcance de un click.
• Y libros. Si quieres saber más, aprende con la gente que ha dedicado cientos de horas a reflexionar sobre lo que está pasando y a escribirlo en un ensayo que te cuesta lo mismo que tomarte un par de tapas en un bar de tu barrio.
Cualquiera de estas opciones te ahorrará toneladas de ruido. Y no sé si logrará entretenerte más, pero desde luego te permitirá estar más informado de verdad, y no como ahora, que parecemos pelotas de ping pong ansiosas en medio de una partida que juegan otros.
Hoy, mientras hacia tareas hogareñas, puse un podcast de 2h26m en la que entrevistaban a dos diplomáticos con visiones diversas sobre distintos asuntos globales. Qué maravilla pensé y hasta los propios entrevistados se mostraban a gusto por poder explayarse y no tener que sintetizar todo en 30segs. Lo que quiero decir es que creo que hay ofertas muyyyy interesantes. No son las más masivas pero si se bucea un poco, se encuentra contenido de mucha calidad. No hay que dejarse tapar por la basura que circula
Juan Carlos, en un mundo donde el algoritmo nos da cucharaditas de info como si fuéramos bebés hiperactivos, tu artículo dice “párate un momento y mira a tu alrededor”. Pero pedirle a la gente que apague TikTok (o lo que sea) y abra un libro es casi un acto de fe (bueno, de hecho lo es). Entre el zasca, el meme y el titular apocalíptico, ¿quién tiene tiempo para leer un reportaje de más de tres páginas? Eso sí, si consigues que alguien pase del doomscrolling a un ensayo sobre geopolítica, te mereces una estatua… o al menos que te compartan en X (pero con un titular bien clickbait, que si no, ni eso).