La brigada de tik tokers de Kamala Harris
Los demócratas miman en su convención a los creadores de contenidos para buscar la complicidad de los votantes más jóvenes.
Las elecciones presidenciales norteamericanas suelen ser un muestrario de lo mejor y más innovador de las campañas de comunicación en tiempos de campaña electoral. Vídeos de una factura formidable que saben tocar las fibras emocionales, mensajes que apuntalan la gran idea que defienden los candidatos para animar a los entusiastas y convencer a los indecisos, estrategias de big data ultra personalizadas y exploración de las vías más insospechadas para arañar papeletas en el target de los nuevos votantes en una campaña donde no faltan ni las ideas, ni el dinero ni los mejores consultores, publicistas y spin doctor. Es la NBA del show electoral y bien que se hace notar en las fanfarrias con aires hollywoodienses de las convenciones de los grandes partidos.
De la que celebra estos días el Partido Demócrata me quedo con el dato que he leído en una crónica en El País de la invitación a 200 instagramers y tik tokers para que asistan en el viejo pabellón de los Chicago Bulls a la proclamación de Kamala Harris como candidata del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre en los Estados Unidos.
Por supuesto ya no es novedad alguna que los partidos pongan a redes y plataformas en el centro de sus estrategias (lo extraño sería lo contrario) y no sorprende que se mime a quienes ejercen una influencia tan directa y personal sobre millones de jóvenes norteamericanos con derecho a voto.
Pero sí que llama la atención, al menos a mí, el modo tan adecuado en que los han tratado: no les han incorporado a la troupé de periodistas desplazados a Chicago, sino que han habilitado tres salas del pabellón en el que celebran la convención para que los influencers demócratas puedan crear allí los contenidos con los que evangelizarán luego en sus cuentas en las redes sociales en favor de Kamala Harris.
Esta estrategia es acertada en la medida en que demuestra cómo funciona la nueva economía de los contenidos en internet, su impacto en el modo en el que se consumen los contenidos y, en este caso en particular, quiénes son los referentes y prescriptores de quienes más se fían los usuarios de las redes sociales y cómo les gusta trabajar.
Aquí, como en los canales más clásicos del periodismo tradicional, funciona mejor que te prescriba un tercero que lo que tú puedas decir. Y llega mejor a un usuario de Tik Tok o de Instagram o de YouTube lo que les cuente un creador de contenido que ‘vive’ en esos canales y forma parte de su día a día que lo que les diga un candidato que viste los trajes que se ponen sus padres y sus abuelos cuando quieren ir arreglados.
¿Lecciones que podemos extraer? A mi juicio, tres:
Identifica a estos prescriptores sociales y no les trates como periodistas por que ni lo son ni lo pretenden. Se dedican a generar contenido, no a hacer periodismo.
No caigas en el error de llevar a esas redes sociales el discurso clásico de tus candidatos ni que éstos imiten el lenguaje y el tono que se usa en esos canales. A lo sumo, estos pueden emplearse con piezas frescas y repletas de humor protagonizadas por ellos, pero poco más.
Y céntrate en facilitarles la vida para que ellos creen el contenido que les dé la gana, en el formato que quieran y con el tono que les apetezca. Es la única manera de que el mensaje de tu candidato no quede tan impostado que termine siendo carne de meme o algo aún peor.
P.D. Foto tomada de la web de El Español