Jorge Ramos y su receta de siempre contra las noticias falsas
No hay más respuesta ante tanta manipulación y tanta estulticia en las redes que la de hacer periodismo, periodismo y más periodismo, ganándose así el derecho a ser escuchados
Leía estos días un artículo en Substack del periodista norteamericano Jorge Ramos (‘Mar de mentiras’), en el que contaba cómo había visto en las últimas semanas anuncios comerciales protagonizados por una IA que reproduce su voz y su imagen pese a que él no ha dado autorización alguna para que sean usadas. Según cuenta Ramos, la IA no parece un clon de Jorge Ramos. Parece Jorge Ramos.
Qué peligro, ¿no? El avance de la IA acarrea consecuencias extraordinariamente positivas, pero no vamos a negar ahora que también va a ayudar a la consagración de las noticias falsas y del falseamiento de la realidad como herramientas de nuestro día a día.
De hecho, la desinformación crecerá en 2025. Tendremos más noticias falsas, más infamias y más calumnias. Y serán tres los factores que empujarán en favor de la consolidación de la bulocracia en la que nos hemos instalado.
La mencionada consolidación de nuevas herramientas de IA de audio y de vídeo que se usarán para toda clase de manipulaciones.
El fin de la moderación de contenidos en las redes sociales, fruto de la rebelión de los señores feudales de internet, dispuestos a certificar el triunfo de sus tesis libertarias, ésas que se entienden que en sus canales se puede decir de todo.
El desdén generalizado por la verdad, que pasa a ser un valor secundario en un mercado de la opinión pública marcado por la polarización, la crispación y el relativismo.
La mentira cotiza más que la verdad en el mercado de los algoritmos porque permite más visitas, más tráfico y, por tanto, más dinero. Y, en este terreno, muchos ciudadanos insisten en despreciar al periodismo, tachándolo de rancio y de manipulador, y piensan que están informados porque leen noticias en Tik Tok y están suscritos al canal de un tipo en YouTube que les dice “lo que nunca saldrá en los medios”.
¿Cómo hay que responder desde la industria del periodismo a esta nueva realidad?
Jorge Ramos, a quien admiro por su coraje y valentía a la hora de enfrentarse como periodista de la televisión norteamericana a personajes como Donald Trump o Nicolás Maduro, defiende que no hay más opción que la de hacer periodismo, periodismo y más periodismo, bien sea a través de grandes organizaciones periodísticas o bien sea a través de propuestas más pequeñas en los nuevos canales como este propio Substack o el mismo YouTube (no todos son por allí pendencieros con ínfulas de profetas).
Y tiene razón. No hay más respuesta ante tanta manipulación, tanta estulticia y tanto profeta ridículo que se asoma a las redes sociales que la de hacer periodismo, periodismo y más periodismo, ganándose así el derecho a ser escuchados y, sobre todo, a que confíen otra vez en nosotros. Más si cabe, cuando vivimos no en un mar de mentiras como al que se refiere en su artículo, sino en un océano infinito de bulos y de infamias.