Plan de acción por la democracia: mucha grandilocuencia y ni una sola medida concreta
Las 31 medidas contenidas en el documento preparado por el Gobierno para regenerar la democracia y combatir los bulos tienen que pasar por el visto bueno del Parlamento. Ninguna es fácil de aprobar
Había expectación por conocer las medidas del plan de regeneración de la democracia anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez, finalmente desveladas ayer. Os pongo en contexto. El plan parte de un momento de máximo enfado del presidente del Gobierno de España de este pasado mes de mayo, cuando un juez admitió a trámite una denuncia contra su esposa, Begoña Gómez, que se basaba en informaciones periodísticas sobre las actividades profesionales de la mujer de Pedro Sánchez.
El presidente anunció que se daba cinco días para meditar si le merecía la pena seguir siendo presidente y aguantar este tipo de denuncias, a las que calificaba de falsas. Cuando terminó este periodo de reflexión en el que el país se quedó sin presidente, anunció que se quedaba y que iba a emprender un plan de acción contra los “pseudomedios” a los que acusaba de actuar como “máquinas del fango” y que aspiraba a regenerar la democracia española y defenderla de quienes propagan supuestos bulos como el que, según él, afectaban a su mujer,
Digo que había expectación porque el presidente, su ministro de Presidencia y otros miembros del Ejecutivo habían usado un discurso muy grandilocuente para anunciar medidas que iban a cambiar nuestro paisaje mediático, algo que ponía en alerta a medios, asociaciones de prensa y periodistas a los que les creaba temor y desasosiego esta idea de crear nuevas normas para controlar a los medios y a los periodistas, máxime cuando el plan partía del enfado del presidente por la publicación de informaciones sobre su pareja.
Pues bien, el documento final no responde ni a la pomposidad ni a la grandiosidad de los anuncios. Y, a mi juicio, tampoco contiene elementos que debieran preocupar, al menos por el momento, a quienes temían que el presidente estuviera recortando un derecho fundamental como el del derecho a la información.
Os enlazo el documento: Plan de acción por la democracia.
El documento contiene 31 medidas ligadas a materias como el gobierno abierto, la transparencia institucional o la regulación de la publicidad institucional. En todos los casos, se trata de medidas que necesitan ser tramitadas a través de leyes que deben ser aprobadas por el Parlamento. Es decir, no hay por el momento una sola medida que haya sido aprobada. Además, en gran parte se trata de medidas que trasponen la directiva europea sobre la libertad de los medios de comunicación. Y, si me apuráis, tampoco aportan nada nuevo ni que mejore el sistema de leyes y normas que regulan el ejercicio del periodismo y el derecho de los ciudadanos a una información veraz, Nada de lo que sugiere no se podría hacer con la legislación española y con la europea.
Por resumir. Se anunciaba una nueva época donde discutiríamos hasta dónde llega la intención del Gobierno de Pedro Sánchez de controlar a los medios de comunicación y lo que nos encontramos es con una declaración de intenciones que no tiene a día de hoy muchas probabilidades de traducirse en normas que vayan a impactar ni en los medios ni en los ciudadanos.
Es verdad que se hacen alusiones a medidas que podrían ser discutibles como la de la creación de un registro de medios, pero, por ser justos, hasta que no se concreten estos planes, poco más se puede valorar.
Aquí no hay gestión. Tan sólo unas intenciones que luego no se materializan. El plan de acción por la democracia de Pedro Sánchez se queda en el terreno de los anuncios históricos que luego se olvidan con el paso de las semanas y de los meses. Y, qué queréis que os diga, esto último me parece que es la mejor noticia que podríamos dar.
Y una P.D. Insisto con lo que digo cada vez que sale este asunto. Si de verdad se quieren combatir los bulos, miremos a quienes más los propagan (los políticos) y a quienes los distribuyen y ganan muchísimo dinero con ellos (las redes sociales y los buscadores). Por aquí explico porqué:
Coincido contigo en tu conclusión sobre la regulación de los bulos, y sobre el alcance real de las medidas propuestas. Pero sí que estaría bien saber a qué medios destinan las administraciones sus presupuestos publicitarios, ¿no te parece?