Seis recomendaciones para que Twitter te siga siendo útil
La red X es una fábrica de crispaciones, pero sigue siendo la que concentra más talento y conocimiento desde que irrumpieron las plataformas sociales. Mejor usarla bien que no utilizarla
Twitter no tiene buena prensa. La ahora llamada red social X es una herramienta usada por más de 350 millones de personas en el mundo, pero quizás haya no menos de 350 millones de personas en el mundo que la detestan y que dicen que nunca jamás entrarán en ella. Es curioso este fenómeno. Mucha gente odia Twitter, pero no puede vivir sin él.
La red de Elon Musk es adictiva. Es la gran plaza para la conversación pública en la mayor parte de los países occidentales. Un Parlamento digital para la discusión de lo que nos importa o nos entretiene.
Pero también es un lodazal donde se reúne la mayor concentración de odiadores, pendencieros, demagogos y traficantes de crispación que se haya vivido en la historia de la humanidad. Un lugar que en demasiadas ocasiones es insalubre y pernicioso para nuestra salud mental.
¿Es mejor entonces abandonar Twitter? Nadie te obliga por contrato a quedarte a vivir en los 280 caracteres de la red social, así que si quieres alejarte de los hooligans que han colonizado la red, tienes las puertas abiertas. Pero te voy a recomendar algo: antes de hacerlo, date la oportunidad de tener otra relación con Twitter.
¿Cómo? Usando algunas de las posibilidades que te da la propia red social. Entre ellas, éstas que son las que yo utilizo desde hace años:
El botón mágico de silenciar. No hace falta ir bloqueando a la gente como si te hubiera poseído el espíritu de un portero de discoteca con ínfulas de Terminator. Si quieres ‘limpiar’ las conversaciones que llegan a tu cuenta, silencia a quienes vean que se crispan demasiado, a los que parece que se han sacado la licenciatura en Ciencias del odio y la bilis reconcentrada y a aquellos a los que podríamos incluir en la categoría de los jartibles que se obsesionan con cualquier cosa.
Selecciona. Usa las listas. Yo tengo listas profesionales y listas para alguna de mis aficiones. En muchas ocasiones, entro directamente a las listas de X sólo para ir recopilando artículos e ideas de las que me nutro para mis labores de consultor y de formador de comunicación, para mis clases de periodismo y también para ver qué dicen analistas con criterio a los que acudo cuando necesito saber más sobre algún asunto. Y, por cierto, utilizo la opción de elementos guardados para almacenar otros artículos que me voy encontrando en el camino.
Ponte en modo calma total cuando algún hiperventilado asome por tu cuenta. Ante los troll de guardia sólo caben dos opciones: el silencio o la ironía. pero cuidado, que te puedes llevar la sorpresa de que el troll y sus secuaces no sepan qué es la ironía.
Huye de los linchamientos. Twitter es como ese anuncio clásico de las Aerolíneas argentinas que decía que cada cuatro minutos despegaba un vuelo de esta compañía aérea. En X, cada cuatro minutos hay un linchamiento. Lo de menos es el porqué. Lo importante es hundir a alguien, a quien sea, en la miseria. No participes en ninguno, ni aunque el linchado te parezca un miserable. Dejad las jaurías para las cacerías. Y P.D. de este punto: cuenta hasta veinte cuando quieras mostrar tu indignación con algo. Lo agradecerás más de una vez.
Limpia de vez en cuando tu lista de gente a la que sigues. No tienes obligación de seguir a perpetuidad a personas con las que, realmente, te une muy poco o nada. Selecciona a las personas que te puedan ayudar a tener un Twitter que te sirva porque te forme, te informe o te entretenga, pero no te agobies con seguir a todo el que te sigue, que tampoco son tu familia ni tus amigos de toda la vida. Desdramatízalo todo, que en Twitter hay gente que si le dejas de seguir se lo toma como si le hubieras regalado un bote de cianuro.
Y, sobre todo, elige gente interesante para seguir. Confecciónate un menú cion gente que merece la pena. Si ves que alguien ha escrito un muy buen artículo en un periódico sobre educación, dale a seguir. Si has visto que otro sabe de verdad, qué se yo, sobre cómo impactará la inteligencia artificial, mételo en una lista. Y así con todo. Twitter es un reflejo del modo en el que te quieres relacionar en sociedad. Si lees a gente interesante, Twitter te va a ayudar a ser mejor profesional y hasta mejor ciudadano. Pero si te limitas a tragarte todo lo que te cuenten los hiperventilados de siempre, te terminarás convirtiendo en uno de ellos. Tú eliges.