¿Tú crees que Jordi Wild hace periodismo?
Los medios de comunicación también pueden aprender de los creadores de contenidos y de cómo han sabido conectar con sus audiencias en soportes que los mainstream despreciaban.
Os pregunto: ¿consideráis que Jordi Wild hace periodismo? ¿Que dirige un producto de comunicación? ¿O que sus videopodcast se encuadran en el epígrafe de entretenimiento? Si buscáis en Google, lo primero que te sale es que Jorge Carrillo de Albornoz Torres (su nombre real) es “una celebridad en internet”. Pero, la verdad, me cuesta pensar en él como si fuera sólo eso: una celebridad en internet…o un influencer, un streamer o un creador de contenidos.
Demasiadas denominaciones de origen para eludir una realidad. Más allá de los prejuicios absurdos que puedan tener algunos nostálgicos del viejo régimen mediático, Jordi Wild es simplemente un comunicador. Un muy buen comunicador que ha entendido las oportunidades que depara esta nueva sociedad del conocimiento y de la conversación en las redes.
De hecho, si queréis que vuestra marca, vuestro nombre o vuestra carrera dé un salto profesional y os llama Jordi Wild para ir a su programa, os habrá tocado un décimo de la popularidad. Sus audiencias rompen esquemas. ¿Por qué? Pues porque productos cumplen con las cuatro patas esenciales de cualquier programa: están bien producidos, realizados, dirigidos y presentados. Se amoldan a los formatos que más le gustan a la gente que ha hecho de Youtube su ventana televisiva al mundo y, además, conectan bien con la audiencia porque Jordi Wild es un tipo que comunica extraordinariamente bien, sobre todo con un determinado tipo de público más o menos joven.
En este sentido, Wild representa un nuevo reto más para una industria que vive en un tsunami que nunca acaba. Las marcas que antes insertaban sus anuncios en los medios de comunicación quieren promocionarse en sus programas porque él les garantiza la atención de oyentes y espectadores. Y eso, para estas últimas, no es una buena noticia.
¿Significa eso que hay que desdeñar lo que se ha hecho siempre y abrazar acríticamente modelos como el de un comunicador como Wild? En absoluto. Pero sí que hay que dejarse de tantos prejuicios. Ante lo que estamos viviendo, lo que toca es analizar los porqués, entender a las nuevas audiencias y acercarse a ellas sin mayores prejuicios y apriorismos, aceptando que en este mundo nuevo en el que hemos entrado hay más puertas de entrada a los lectores, los oyentes y los espectadores que las opciones clásicas de los medios convencionales.