Hazte periodista, pero, sobre todo, obsesiónate con ser muy bueno en lo que haces
No existe un derecho que te garantice un trabajo en un medio de comunicación como tampoco te pueden garantizar una vivienda en propiedad por mucho que sea un derecho recogido en la Constitución
Estos días se ha hecho viral un vídeo del programa de televisión La Sexta xplica el que un economista y profesor del IESE, Javier Díaz-Giménez, responde a las quejas de una joven periodista de 26 años, Ainhoa Pérez, que no encuentra trabajo, diciéndole que quizás se haya equivocado de carrera y que, si quería empleo, tendría que haber estudiado para ingeniera.
El tono de esta discusión es ilustrativo de cómo nos enfrentamos al problema de la empleabilidad en esta industria.
Soy profesor de Empresas periodísticas en EUSA (centro adscrito a la Universidad de Sevilla) y cada año que doy mis clases empiezo diciéndoles a mis alumnos que se dejen de negruras y momentos apocalípticos y que no se arrepientan ni por un segundo de apostar por el periodismo.
Este es uno de los oficios más apasionantes y divertidos que uno se pueda imaginar y no seré yo el que ejerza de don Cicuta para quitarle la ilusión a ningún chico o chica que se sienta periodista, por mucho que hayamos vivido y sigamos viviendo una transformación que ha provocado miles de despidos y condenado a la precariedad a otros tantos miles de periodistas.
Ahora bien, el que defienda que hay salidas nuevas para el periodismo y que hay que ser más optimista sobre nuestros desempeños no implica que piense que quienes han estudiado una carrera de periodismo y lo complementan con un máster se han ganado un derecho inalienable a un puesto de trabajo para ejercer el oficio que han elegido.
No, siento deciros que el mundo no funciona así.
No existe un derecho que te garantice un trabajo en un medio de comunicación como tampoco te pueden garantizar una vivienda en propiedad por mucho que sea un derecho recogido en la Constitución española.
Y si salen 3.000 periodistas al año de las facultades y el empleo en la industria es el que es, pues ya sabéis que el desafío de hacerse con un sitio en el mercado periodístico será complejo.
En este contexto, lo que le pido a los alumnos es que se ‘rebelen’, pero no porque tengan un derecho que no es real, sino porque tienen que revolverse ante tantos mensajes pesimistas adaptándose a la realidad del mercado y obsesionándose con aportar un valor añadido que le pueda interesar a alguien y, también, con estar en alguno de los innumerables proyectos innovadores que sí están cambiando la industria.
Aquí no va a va a venir un príncipe azul de los medios a ofrecerte el trabajo de tu vida.
Esto, salvo milagro, te va a resultar más espinoso de lo que te puedas pensar. Pero de nada te valdrá que te pongas en plan lastimero a exigir que te den lo que se supone que te corresponde.
Con lo que te tienes que obsesionar es con ser cada vez mejor en lo que haces. Y si no ves claro que lo puedas lograr en los medios tradicionales, piensa que tienes la oportunidad de destacar creando contenido en nuevos canales y soportes o trabajando en otras áreas de la comunicación que también te reportarán muchísimas satisfacciones.
No te ancles en la queja por mucho que creas que tengas razones para ella y produce, haz cosas, muévete, escribe, monta lo que quieras. Es la mejor opción. Y si te interesa saber cómo hacerlo, te recomiendo que leas el libro Hazlo tan bien que no puedan ignorarte de Cal Newport sobre la marca profesional en el que ofrece abundantes ejemplos para ser valiosos en el mercado (aquí te paso una reseña que escribí hace unos meses).
Ah, y por cierto, aunque ya me extenderé más ampliamente en otro artículo, sí que me gustaría apuntaros algo que me parece sorprendente. Si el periodismo está mal es porque los ciudadanos no valoran el trabajo periodístico. Los periodistas tenemos que ser críticos y preguntarnos el porqué. Pero los ciudadanos también deberían preguntarse por su responsabilidad en este monumental desaguisado. ¿Qué queremos? ¿Un mundo sin periodistas? ¿No pensaréis que sin periodistas viviríais en una Arcadia feliz, no?
En fin, ya hablaremos de esto…