No leas sólo titulares
Deberíamos cuidarnos de no alimentarnos mediáticamente sólo con titulares y unos cuantos tuits enfurecidos. La lectura relámpago no nos ayuda a profundizar en asunto alguno.
Soy periodista. He vivido más de media vida viendo, escribiendo y también corrigiendo titulares. Te lo cuento antes que nada para que entiendas que, pese a lo que vas a leer a continuación, ni les tengo tirria a los titulares ni les he hecho la cruz.
Lo que pretendo con estas líneas es sólo recordarte, con su pizca de ironía, que detrás de los titulares suele haber un cuerpo de noticia de unos cuantos párrafos y que, si quieres estar informado de verdad, tienes también que leer estos últimos.
¿Por qué lo digo? Porque la conversación pública se ha acelerado de tal modo en esta era de la sociedad viral que, hoy, muchos limitan si consumo informativo a la lectura de titulares y de tuits, una lectura contaminada por los eslóganes, frases hechas, lugares comunes, chascarrillos, zascas, medias verdades y mentiras completas que buscan impactar en nuestros cerebros con una buena ración de dopaminas cabreadas.
¿Es malo consumir tal cantidad de mensajes cortos y tan cargados emocionalmente? En proporciones sensatas, no. Como lo hacen tantos ciudadanos que consumen horas, horas y horas de su tiempo en las redes sociales, sí.
¿Y por qué? Pues porque su dieta mediática apenas les reporta nutrientes y les acostumbra a deglutir las noticias sin apenas digerirlas. Responden a impactos cortos y potentes, se cansan de cualquier esfuerzo lector que vaya más allá de diez o quince líneas de un texto y terminan por estar desinformados…y por ser víctimas de la desinformación.
En alguna ocasión he dicho por aquí que no veo otra opción mejor en estos casos que disciplinarse en la lectura completa de algunos artículos, de que leer al completo algunos artículos largos y ensayos forme parte de tus hábitos de vida.
Hoy, lo veo imprescindible. Por eso, y aprovechando que estamos en unos de esos típicos meses en los que uno se propone hacer más deporte, aprender inglés o comer mejor, te invito a que te pienses la introducción de otra muy buena costumbre: la de leer todos los días dos, tres o cuatro artículos en profundidad. No te digo que muchos más, pero sí que sean algunos y que te lo tomes como una meta que puedes y debes cumplir.
Sólo con que te comprometas esa cantidad de artículos al día, estaríamos hablando de unos sesenta artículos completos al mes. Y te puedo asegurar que si lees esa cantidad mensual de textos, igual no vas a estar igual de entretenido, pero vas a estar infinitamente más informado que si lees a diario cientos de tuits enfurecidos o te limitas a mirar los titulares que te llegan al grupo de whatsapp de la familia.
3 o 4 no es tanto...
Soy de los pocos que le gustan los posts muy largos, quizás