Las 'páginas matutinas' de Julie Cameron
El ejercicio de escribir brevemente cada mañana te permite adquirir hábitos saludables que fortalecen tu capacidad de concentración y fomentan tu creatividad.
Tenía pendiente leer ‘El camino de la escritura’, el ensayo de Julie Cameron en el que reflexiona sobre las herramientas que se utilizan para escribir y en el que ofrece buenos consejos para quienes quieran embarcarse en la tarea de escribir un libro o cualquier otro material escrito que requiera de un cierto oficio, ya sea la redacción de un artículo periodístico, un discurso o, qué sé yo, un informe o un análisis de negocio.
Las recomendaciones son las clásicas: escribir bien es escribir sencillo, poniendo el acento en que se entienda bien lo que quieres decir y cuidando el detalle, el tono, el estilo y la atmósfera que quieras crear o recrear. Y para escribir bien, sobre todo, hay que escribir. Escribir mucho. Con constancia. Con dedicación. Y sin dejarte llevar por el miedo a lo que puedan decir los demás. Es una idea sencilla: si quieres escribir, déjate de divagaciones y ponte a escribir. Déjate de excusas, siéntate delante del ordenador o del cuaderno y escribe.
Cameron, que ha escrito más de una treintena de libros de todo tipo de géneros, desde comedias románticas a novelas de suspense, guiones de cine o ensayos divulgativos, sugiere que una de las prácticas más recomendables para quien se quiera dedicar a la escritura es la de levantarse cada mañana y dedicar la primera tarea del día a escribir tres cuartillas con las ideas que en ese momento se te vengan a la cabeza. Un poco al estilo de la escritura automática que pretende que fluya la consciencia.
Cameron es explícita a la hora de explicar cómo aplicar este concepto al que define como el de las ‘páginas matutinas’: “Pon la alarma para despertarte media hora antes cada mañana y escribe, a mano, tres páginas tamaño carta acerca de todo cuanto se te pase por la cabeza. Yo siempre digo que no me interpondría entre alguien y su café matutino, pero procura ponerte a escribir lo antes posible, no te pases tres cuartos de hora preparando el café perfecto. Cuanto antes te pongas manos a la obra, mejores resultados te darán las páginas. Evita el teléfono, el ordenador y el correo electrónico hasta que las termines. Te servirán a modo de brazos de limpiaparabrisas, para limpiar lo que se interponga entre tú y tu jornada”.
¿Con qué me quedo de este método? Con tres ideas.
El entrenamiento de la constancia. No es tanto que te pongas cada día a poner sobre el papel lo que vayas creando en tu mente, como el hecho en sí de que te disciplines a escribir un poco cada día. Sin grandes atragantones, pero también sin pausa. Se trata de crear un hábito y de cumplirlo con la mayor disciplina posible.
El entrenamiento de la creatividad. Pensar duele. No es fácil. Pero si eres capaz de dejar que tu mente fluya, verás que te van surgiendo más y más ideas que no sabías ni que tenías en la cabeza y serás más y más capaz de conectarlas hasta crear algo propio que merezca la pena.
El entrenamiento de la concentración. Cameron habla de treinta minutos cada mañana, en silencio y alejado de esas armas de distracción masiva que son los teléfonos móviles con sus notificaciones insufribles y el destello de la pantalla de tu ordenador. Cada mañana equivale a 3.000 minutos al mes en búsqueda de concentración, es decir, cincuenta horas al mes de concentración que antes dedicabas a ver el teléfono, a echarle un vistazo al correo electrónico y a escrolear en alguna red social.
Yo no estoy por la labor de levantarme cada mañana y ponerme a escribir antes de tomarme un café, pero sí que tomo nota de estas enseñanzas, que me reafirman en la convicción de que dedicarle cada día, con constancia, un cierto espacio de tiempo a la lectura y a la escritura me proporcionan un estado de concentración que me permite ser más creativo y, por tanto, mejor en mis quehaceres profesionales.
No sé si piensas como yo, pero si no se te había ocurrido hasta ahora, te invito a que lo hagas. Me parece que no te arrepentirás.
Y por la tarde no vale? 😃