Una 'radiografía' de mis redes
El modo en el que usas las redes y el tiempo que les dedicas dice mucho también de ti. Encuentra el momento de examinar cómo las utilizas y piensa si deberías cambiar sus tiempos de uso
Supongo que es interesante pararse en algún momento determinado a ver cómo es nuestra relación con las redes, ¿no? Nos pasamos muchísimo más tiempo del debido en ellas y casi siempre lo hacemos sin reflexionar sobre el porqué hacemos lo que hacemos.
Por si os sirve, os cuento cómo y por qué las uso.
Voy a dividir estas impresiones en dos bloques. En el primero colocaré a las tres redes que realmente uso a diario. Y en el segundo, a las cuatro que para mí están tan muertas como Nicole Kidman en la película de ‘Los otros’:
Arriba ⤴️
X/Twitter me sirve para seguir la actualidad. Ojo, he dicho “para seguir la actualidad”, no para informarme. X no se usa para estar informado de lo que ocurre, sino para indignarse, cabrearse o emocionarse con los zascas y los comentarios ingeniosos, más ahora que Elon Musk usa los algoritmos con la misma delicadeza con la que un niño de tres años manipularía una bomba de neutrones. Como lo que quiero es estar informado, estoy suscrito en digital a tres periódicos y los domingos compro un par de periódicos en papel (El País y El Mundo) y leo con tranquilidad muchos de sus artículos de fondo. A veces, no sólo el domingo,. Hay tantos suplementos que me suelen durar casi toda la semana.
Linkedin. La red profesional por excelencia. Por fortuna, los odiadores profesionales de X todavía no saben que existe Linkedin y dejan el espacio libre a los que no usamos las redes para mostrar nuestro desprecio a los demás. En Linkedin he encontrado a gente interesantísima y buenos artículos que me han ayudado a mejorar. Y es también un sitio excelente para mostrar lo que haces y para aportar valor en el terreno en el que te mueves. Yo escribo con asiduidad en esta red. Es donde me encuentro más a gusto (con permiso de Substack, que me engancha). Como punto negativo: es la red social con más vendehumos del Universo. Es como una reunión de happyflowers armados con arpas celestiales y dispuestos a soltarte las cursiladas más horrendas sin rubor alguno.
Substack. Ni me podía imaginar que iba a encontrarme con tantísima gente interesante a la que seguir y con la que comparto aficiones y objetivos profesionales. Su mezcla de newsletter, blog y red social es adictiva. ¿Qué le falta? A todos nos gustan las redes que hacen ‘efecto red’, aquellas en las que está “todo el mundo”. Substack sigue siendo un club pequeño y no sé si llegará a mucho más.
Abajo ⤵️
Bluesky. La supuesta alternativa cool a la red del señor Musk. Un refugio para progresistas cansados de las barrabadas de X. Yo me hice una cuenta por ahí, pero le dedico ya tanto tiempo como a Facebook, o sea, casi nada. Por mucho cielo azul que te vendan, es un muermo: tiene tanta alma como un muro de cal.
Facebook. Bueno, sé que existe Facebook porque no me he dado aún de baja, pero no recuerdo haber leído nada allí digno de mención desde hace unos diez años. Hay un montón de gente que dice ser amiga y que yo no conozco de nada, decenas de noticias falsas y cientos de anuncios absurdos. El algoritmo de Facebook debe pensar que me encantan los anuncios de teletienda. Insufrible.
Instagram. Una hoguera de las vanidades donde todo el mundo es supuestamente feliz. El paraíso de las naderías. Me imagino que ya no estoy para estas redes, que no me aportan nada, pero como me descuide y me ponga un rato a ver un vídeo sobre las once de la noche, me dan las dos de la mañana y sigo viendo vídeos absurdos. Es adictivo.
Tik Tok. Lo siento, pero soy incapaz de valorar una red social que es propiedad de una empresa que está en la órbita del Partido Comunista de China y cuyo algoritmo salvaje está destruyendo la capacidad de atención de millones de jóvenes gracias a su poder salvajemente adictivo. Tik Tok es el fentanilo de las redes. Por mí, como si lo prohíben en Europa por los daños que supuestamete provoca.
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Me comencé a indignar un poco que valoraras mucho LinkedIn, jaja. Pero llegué a la parte de vendehumos y no podría estar más de acuerdo con ello. Para mí, fuera de buscar información de proyectos y consultorías, es insoportable. Siempre hay alguien que convierte la historia más simple y llana del mundo en una supuesta anécdota de superación personal y profesional, jajaja.